Las
proyecciones en una gran pantalla itinerante
se acompañan de música adecuada y son
guiadas por un facilitador
quien, apoyándose en las imágenes,
con
juegos y dinámicas conduce la actividad
hacia unos objetivos
concretos.
Estos
objetivos se trazan previamente pero se modifican
en
función de las necesidades que se observan
de sesión en sesión, con
el fin de fortalecer
la capacidad de resiliencia de cada residente.
Con la actividad se genera un
espacio
donde los residentes interactúan entre ellos,
aunque también es un espacio para la intimidad
y la
relajación de cada uno.
Un espacio donde sentir
vivencias
gratificantes, aptas y accesibles para todos
-incluidos los residentes que por su estado
no pueden participar de
otras actividades-.
“Paisajes
Silentes" obtiene una mejoría psíquica y anímica
de los
participantes. Y eleva la calidad asistencial, ya que
optimizar el
estado de estas personas
beneficia a todos los sectores relacionados,
familiares y profesionales,
facilitando el trabajo
al personal del
equipo asistencial.