Leo a Claude Magris, El infinito viajar, dice:
"Un lugar no es solo su presente, sino también ese laberinto de tiempos y épocas diferentes que se entrecruzan en el paisaje y lo constituyen; así como pliegues, arrugas, expresiones excavadas por la felicidad o la melancolía, que no solo marcan el rostro sino que son el rostro de esa persona, que nunca tiene solo la edad o el estado de ánimo de aquel momento, sino el conjunto de todas las edades y todos los estados de ánimo de su vida. Paisaje como rostro, el hombre en el paisaje como la ola en el mar..."