El calor del verano resta energía al
cuerpo e incita a la mente a pasar a otro tipo de acción.
Desde una
situación aparentemente inamovible, todo avanza, lentamente
Para algunas personas su vejez es como
la etapa más álgida del verano.
Es tiempo de cosecha, de reflexión,
de balance y de reposo.
Reflexionar, tomar conciencia
no es
saber cosas y saber que se saben esas cosas,
sino elegir la mejor
opción de continuidad
y tomar decisiones al respecto.
Próximamente, las ideas maduradas
crearán nuevas estaciones.
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